Después de protagonizar y ejecutar los cambios políticos de Bolivia en el presente siglo XXI; después de haber cambiado la correlación de fuerzas mediante la emergencia indígena del bloqueo 2.000 y haber creado un nuevo escenario político en el que flamea con fuerza la Wiphala de concepción cósmica, los aymaras, quechuas y tupi guaraníes, que constituyen el ser social del país, se encuentran en su grado máximo de expresión política , señalando con su acción el futuro de su destino histórico. En esa condición, determinó, en las recientes elecciones generales, un acontecimiento inédito en el continente, después de 333 años de ocupación colonial y otros 180 de imposición republicana, que es el ascenso de un indígena a la Presidencia de la República colonialista, en la persona del hermano Evo Morales Ayma. Sin embargo, pese a la presencia indígena y originaria, su gobierno no tendrá programa ni ideología indianista, para realizar las tareas destinadas a la liberación de la Nación Indígena como pueblo y territorio, por la composición populista de su entorno. Esta situación en que el movimiento indígena, vale decir, el 80% de la población del país, aparece disperso, dividido, sin instrumento político y cautivo de posiciones ajenas, es consecuencia de la contraofensiva política desarrollada por el estado colonialista oligárquico, que desde Banzer a Rodríguez Veltzé, pasando por Tuto Quiroga y el tristemente celebre gobierno de Mesa, trataron de aplastar sus movilizaciones y desviar su objetivo histórico. De aquel modo el indígena que con la emergencia de septiembre 2.000, puso en evidencia la verdadera correlación de fuerzas, expresada por un lado, en la Nación Indígena Aymara. Quechua y tupi-Guaraní; y por otro, en el colonialismo que defiende a ultranza el interés extranjero, no ha recuperado aun el poder ni ha transformado el Estado. Sin embargo aquella emergencia remeció los cimientos de la estructura republicana, poniendo en evidencia la crisis, inviabilidad y fracaso del proyecto colonialista de 1.825; e hizo del indio oprimido, protagonista principal de las luchas sociales y políticas del país. Desde 1985, tiempo en que el decreto 21060 liquidó en Bolivia la condición obrera, ningún estamento o clase social pudo mellar al estado oligárquico que enajenó nuestras riquezas y recursos naturales. Fue la calidad indígena de las movilizaciones que a través de bloqueos, marchas, y protestas; y ofrendando su sangre y sus muertos en Sorata, Warisata, Ventilla, Ovejuyo, Achacachi, El Alto, valles tropicales, pampas orientales y periferias urbanas, derrotó e hizo huir al representante máximo de la oligarquía boliviana. Hoy, la presión del indio y su ideología, está logrando frenar la expoliación del país e impondrá en adelante, la recuperación e industrialización del gas como un eje del desarrollo nacional; así como de la minería, el mutún, el precámbrico y otras riquezas y recursos naturales. ¡Nadie que no sea dueño del territorio, como el indio, puede defender la nación con la fuerza, el coraje y la conciencia de su ser! La contraofensiva colonialista ha logrado descabezar al movimiento indígena y aunque sin dirección ni instrumento propio, el ascenso de masas indias se mantiene. Ante esta situación, las diferentes tendencias indianistas y kataristas como el Movimiento Indio Tupac Katari, MITKA-1, Movimiento Nacional Tupac Katari MNTK, Partido Indio de Bolivia PIB, Movimiento Universitario Julián Apaza MUJA, Movimiento Indígena Pachakuti MIP y Nueva Identidad Nacional NIN, junto a las organizaciones sindicales como la Federación Departamental de Trabajadores Campesinos de La Paz, “Tupac Katari” y Federación Departamental Sindical de Mujeres Campesinas “Bartolina Sissa”, acuerdan y establecen los siguientes objetivos inmediatos: 1.- Unificar a todas las fuerzas indianistas y kataristas de Bolivia, para aglutinarlas en un solo Movimiento Patriótico y Pachakutista, que continúe la lucha por la Liberación Nacional Indígena, hasta conseguir el poder político para realizar sus objetivos históricos y estratégicos. que son el control absoluto del Estado, los mecanismos económicos y financieros; así como la recuperación de nuestro territorio que constituye nuestra Patria en esencia. 2.- Movilizar activamente a nuestras naciones originarias e indígenas demandando la inmediata realización de la Asamblea Constituyente, en base a las fuerzas vivas, sociales, productivas y originarias, que constituyen el ser social del país. 3.- Defender con nuestras vidas, siguiendo el martirologio de nuestros héroes, la integridad territorial de nuestra patria, frente al colonialismo interno que pretende dividir en dos nuestro sagrado territorio para expoliar nuestras riquezas hidrocarburiferas, mineralógicas y forestales. Como en las guerras del Chaco, Acre y Litoral, solo el indio defiende con su sangre y como verdadero propietario: la Patria. ¡Su territorio! La Paz, 4 de enero de 2005 Sergio Tarqui Alarcón—> Movimiento Indígena Pachakuti MIP |