Parece absurdo dedicarle tiempo y líneas a esos eventos de “belleza” donde se exaltan valores y estética que no tiene nada que ver, primero, con los de la mayoría de los pueblos del mundo y, segundo, con la realidad boliviana, donde convivimos diferentes culturas y sentires. Pero las declaraciones de la miss (señorita en castellano) que dice representar en “belleza” a los bolivianos, ha abierto nuevamente el tema de la segregación. Esos “certámenes” de belleza no hacen más que aumentar la discriminación y exclusión hacia lo que no se parece blanco, anglosajón y de perfil ario; de cualquier manera, las declaraciones de la “miss” Bolivia, ponen una vez más al descubierto el pensamiento de un pequeño sector dominante que parece no estar a gusto en nuestro suelo y entre nosotros. Que seamos indios o mestizos, bajitos y que no hablemos ingles no nos añade ni nos quita nada, excepto que la meta sea llegar a ser “gusanos” que se arrastren por las calles de Miami o de cualquier ciudad de los Estados Unidos (incluso de Europa), haciendo trabajos denigrantes (muchos indignos) reservados para los latinos “superados” quienes creen que serán tratados como ciudadanos iguales a los del primer mundo si es que consiguen la residencia en esos países. Lamentablemente, esa mentalidad de hacer “buena letra” con los poderosos, pensando ganar su confianza y la visa, es el resultado de la poca o ninguna valoración hacia si mismos, más una buena dosis de complejo de inferioridad que es manifestada hacia otros, supuestamente inferiores, asumiendo poses de superioridad. La indicada señorita, “de belleza externa”, no se ha enterado que en las tierras tropicales de Bolivia también hay gente que es indígena, bajita y que no habla ingles; pero, que su belleza (otra belleza), no sólo está en su físico, sino también en su alma, en su cultura y en su sabiduría ancestral que ha permitido, hasta ahora, conservar esos territorios por encima de los planes desarrollistas de los blancos, altos y hablantes de inglés que creen que hay que arrasar los bosques para convertirlos en campos de cultivos extensivos o pastizales para ganado, para luego irse a Miami con los recursos extraídos de la deforestación. Posiblemente el mundo de la indicada “miss”, cuyas aspiraciones coinciden con las de una “Barbie”, giren en torno a los tontodromos, cafés, pubs y discotecas, y jamás haya abierto los ojos, por ejemplo, en los alrededores de la Catedral cruceña, donde mendigan nativos que han tenido que migrar a la gran ciudad gracias al despojo de sus territorios por empresarios agrícolas y madereros, o por la poca o ninguna oportunidad de desarrollo brindado por el Estado a sus lugares de origen. Y no es que sus declaraciones sean el resultado de una mala traducción de “su perfecto inglés”; en realidad lo que dijo es lo que piensa ese pequeño grupo de la autodenominada Media Luna o como alguien dijo de la Nación de los KKK (Ku Klus Kamba), grupo formado por los descendientes de extranjeros que se enredaron con la clase dominante cruceña. Esa poca gente si no está contenta en nuestra tierra que se vaya a Miami o que vuelvan a los lugares de donde vinieron sus antepasados, que acá en Bolivia, en el norte, sur, este y oeste, muchos somos indios, mestizos, bajitos y no hablamos inglés. Y acá vale la pena transcribir una parte del poema “Aquí me quedo” de Pablo Neruda: Cabemos todos en la tierra mía. / Y que los que se creen prisioneros / que se vayan lejos con su melodía: / siempre los ricos fueron extranjeros. / Que se vayan a Miami con sus tías! |