Los libros de Carlos Macusaya

Carlos Macusaya, como muchas personas, es facebookero y, de cuando en cuando, hace memes. Le gusta el ispi y el ceviche. En algunas ocasiones, tratando de explicar algo, suele valerse de la insuperable precisión teórica de ciertos conceptos del lenguaje cotidiano, como: “una huevada” o “me cago”.

No ha necesitado, al igual que otras tantas personas, ser académico ni profesional para escribir sobre tópicos relacionados a las “ciencias sociales”.

Carlos Macusaya Cruz

No es ideólogo ni indiólogo; Ha trabajado sobre la historia de los movimientos indianistas y kataristas en Bolivia y sobre racismo, identidad y poder.

Carlos Macusaya Cruz, nacido en la ciudad de El Alto, estudió en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Fue miembro del Movimiento Indianista Katarista (MINKA).

Katari.org, tiene el gran placer de presentar los libros de Carlos y la lectura de este aporte, surjan nuevos pensadores y nuevos pensamientos y estrategias nuevas.

Son temas que tienen una actualidad permanente ya que Bolivia un país con una cultura enraizada desde hace siglos no cambia la forma de ser una nación dentro de otra nación.

Las palabras proféticas de Tupac Katari son latente… “A mí solo me mataréis, pero mañana volveré y seré millones”. Es decir todos seamos hombres de dignidad y de valor, con inteligencia cósmica y con coraje para luchar.

Todos los libros estan en PDF.

DESDE EL SUJETO RACIALIZADO Consideraciones sobre el Pensamiento indianista de Fausto Reinaga

El presente ensayo tiene dos antecedentes. El primero, un artículo que se publicó el año 2010 en la revista MINKA n° 1, bajo el título de Lo colonial del Estado en La Revolución India de Fausto Reinaga. El segundo, otro artículo, el cual se publicó en la revista La Migraña n° 5 y que lleva por título El indianismo de Fausto Reinaga.

Estos trabajos no fueron bien elaborados y esto porque yo mismo no era –y aun no soy– alguien que esté habituado a expresar lo que piensa de manera escrita. Sin embargo, en lo sustancial, mantengo las ideas que esbocé en los artículos ya mencionados, pero las mismas son desarrolladas de mejor modo en el presente ensayo.

Debo decir con honestidad que siento algo de inconformidad con respecto a lo que he escrito, en sentido de no haber podido expresar claramente lo que pienso; creo que esto se debe a que aún tengo que madurar mucho como aspirante a escritor y esto solo se logra escribiendo y, claro está, alimentándose de lecturas.

Empero, el haber estado muy involucrado en las movilizaciones que se dieron en Bolivia desde el 2003 y en los debates que se desataron en espacios como plazas o en la mismas movilizaciones, me condicionaron de tal manera que sentí el deseo intenso de expresar por escrito lo que pensaba. En cierto modo, políticamente, soy hijo de aquellos procesos de lucha, los que fueron una escuela invalorable para mí…

“EN BOLIVIA NO HAY RACISMO, INDIOS DE MIERDA” Apuntes sobre un problema negado

En mis años mozos de activista me tocó ver en uno de los pisos del Monobloc de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA, La Paz), a un estudiante escribiendo sobre un anuncio pegado en la pared las siguientes palabras: “En Bolivia no hay racismo indios de mierda”.

El anuncio correspondía a una actividad en la que se iba a debatir sobre el racismo, y yo, que vestía ropa ancha (tipo rapero) y no tenía, por lo mismo, “pinta de indígena” (según el estereotipo), era parte del pequeño grupo de universitarios que lo organizaba.

Quien escribió esas palabras tenía piel morena, ojos rasgados y pómulos pronunciados (como la gran mayoría en las universidades); era alguien que, en otras circunstancias, podría haber sido tratado como “indio de mierda”.

En aquella situación se expresaba algo que en la actualidad está muy vigente: negar el racismo y usar, paradójicamente, expresiones claramente racistas. Además, esta negación (con uso de expresiones racistas) toma cuerpo, muchas veces, entre personas que por su origen y rasgos físicos suelen ser objeto de discriminación.

EL INDIANISMO KATARISTA Un análisis crítico

La representación política de los pueblos indígenas en Bolivia es una reivindicación presente desde que comenzó la colonización.

Esta expresión rebelde se plasmó a lo largo de los siglos en un pensamiento político que dio lugar a movimientos y estructuras políticas indígenas en el siglo XX: el katarismo y el indianismo.

¿Cuáles son sus demandas?
¿Cuáles sus (o) posiciones?
¿Cómo se relacionan con la democracia existente, de raíces coloniales y republicanas?
¿Cómo se relacionan con la izquierda?

Los investigadores y  ctivistas Pedro Portugal Mollinedo y Carlos Macusaya Cruz han entrevistado a personajes clave y analizado documentos de los movimientos políticos históricos con el fin de presentar una mirada a la historia más allá de mitos y memorias personales.

Fernando Molina, editor del texto, ha elaborado asimismo el prólogo, que, sobre la base del estudio, echa luz a la relación entre los movimientos y el pensamiento indígena y la izquierda –una alianza marcada por contradicciones, necesidades y (diferentes) ideologías–. En esta ocasión, quiero agradecer a los tres tanto su compromiso académico como su pasión política.

Aprovechando del rico material que los dos autores han acumulado, la Fundación Friedrich Ebert (FES) ha producido una seria de microprogramas junto con Radio Erbol, así como dos videos didácticos en que se exponen las diferentes corrientes y hablan los propios actores (youtube Canal FES América Latina:

«Pensamiento polí-8 El indianismo katarista. Un análisis crítico tico indígena I: Indianismo e Indigenismo» : https://youtu.be/5Ed8h_vrzlg ; «Pensamiento político indígena II: Indianismo y Katarismo»: https://youtu.be/7bN1EwKTx3Q).

Del Indianismo al pensamiento amáutico

En los últimos años, el nombre de Fausto Reinaga, en diversos sectores “blancoides”, ha ido tomado mucha notoriedad y prestigio como “pensador indio”. Ello en relación a que varias de sus obras, gracias a la “piratería”, circulan con profusión desde el año 20051.

El hecho de que los “pirateros” le hayan puesto el ojo a los libros de este autor tiene que ver con la demanda que había, y aun hay, con respecto a su trabajo, lo que es inentendible si no se considera el escenario político abierto y condicionado por las movilizaciones aymaras del año 2000 y 2001 – movilizaciones hoy vistas con menosprecio–, cuando el tema y el sujeto “indio” emergió como peligro para el Estado boliviano. De hecho, Felipe Quispe, cuando por aquellos años dirigía la CSUTCB, fue quien dio popularidad a varias ideas indianistas de Reinaga, “sacándolo del anonimato”.

A todo lo anterior vino a sumarse la presentación de sus obras completas (el 8 de abril del 2015 en el auditorio del Banco Central de Bolivia), acto que ha dejado aires de veneración hacia el “pensador amáutico”, dando lugar a un ambiente casi insoportable, saturado de ingenuas y ciegas alabanzas hacia Fausto Reinaga.

Para muchos Reinaga es casi un gurú, pues lo “ven ciegamente” como alguien insuperable, casi como un “dios”. Pero, en contraste, también se pueden encontrar personas que lo ven de un modo absolutamente opuesto. Los primeros no suelen debatir sobre el trabajo de Reinaga. Los segundos lo descalifican, casi con la misma pasión con que los primeros lo adulan. Ambos toman aquello que más los conforta al momento de decir algo sobre este autor, todo en función de autocomplacerse.

Batallas por la identidad Indianismo, katarismo y descolonización en la Bolivia contemporánea

“¿Qué quieren estos indios de mierda?”, fue una frase que oí por El Prado de la ciudad de La Paz mientras participaba de una de las primeras movilizaciones del año 2005 que retomaban la consigna de nacionalizar los hidrocarburos (posicionada el 2003) y que desembocaron en la renuncia del entonces presidente Carlos Mesa. Quien dijo esa frase lo hizo, como otros tantos, contra quienes estábamos marchando.

Más o menos un año después, cuando Evo Morales ya era Presidente, y en un evento del gobierno con gran afluencia de gente, me encontraba vendiendo algunos materiales políticos en la vía pública y reconocí a aquella persona, que ya no decía “indios de mierda” sino que hablaba de “hermanos indígenas”, portaba una wiphala y era funcionario de un ministerio del Gobierno.

Esa experiencia fue una de otras tantas que viví y que marcaron mi desconfianza con respecto del Movimiento Al Socialismo (MAS). Ello se acrecentó más aún cuando Evo Morales fue presentando su gobierno como “gobierno indígena”, lo que se hacía con exotismo étnico y una verborrea plagada de prejuicios racistas. En todo ello, los “movimientos indígenas” eran como aquello que había que adular para aquietar.

Entre otros aspectos, dos problemas me parecían muy visibles entre toda la retórica que se daba sobre los “movimientos indígenas”, sea en eventos políticos o académicos. Por un lado, se omitía (salvo alguna excepción) cualquier referencia a los movimientos indianistas y kataristas, y esto se hacía, por ejemplo, enarbolando la whipala, un símbolo indianista. Y, por otro lado, se hablaba del racismo que sufrían los “indígenas”, en un escenario donde este problema estalló con expresiones muy violentas, y ello se hacía desde una perspectiva moralista y paternalista, reduciendo a las víctimas a minorías étnicas rurales, sin entrar en un abordaje serio (salvo, también en este caso, algunas excepciones)…

¡ BOLIVIA DE PIE ! Revista Digital N° 02 Octubre 2020

El régimen del litio ha sido inscrito en la historia, con lucha social.

La idealización en el indianismo: condiciones y límites.

Litio y sangre en el estado boliviano.

La nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia.

El empleo y política en Bolivia.

10 Tesis Sobre la Industrialización en Bolivia.

La verdad de la gestión del gobierno de Añez.

Lo que realmente hizo el gobierno golpista de Añez.

 

Carlos Macusaya