Inca
Constantin Olariu Arimin / ariminia.ro / katari.org
El imperio Inca o Tawantinsuyu (quechua) fue el estado más grande precolombino de América de Sur, con el centro administrativo, político y militar en la ciudad de Cuzco (Perú). Los incas aparecieron en la región montañosa de Perú, en algún momento del siglo XII de nuestra era, pero su origen no se conoce y tampoco se conoce cómo llegaron a esas tierras.
Después de 1438 los Incas llevaron a cabo constantes acciones con el fin de invadir a sus vecinos, hasta el año 1533. Llegando así a incluir en su imperio la mayor parte de América del Sur occidental: desde las cumbres de los Andes hasta el océano, que incluye todo el territorio actual de Perú, una gran parte del oeste, centro y el sur de Bolivia, el noreste de Argentina, el norte y el centro de Chile, Ecuador y el sur de Colombia.
El nombre Tawantinsuyu se puede traducir como las cuatro regiones o las cuatro provincias. En idioma quechua la palabra Tawantin consiste de tawa – cuatro, con el sufijo ntin que denomina un grupo, y suyu que significa región o provincia. El imperio se dividió en cuatro provincias que se reunían en la capital, Cuzco, construida sobre terrazas, como se puede observar en la foto de arriba.
El nombre del Tawantinsuyu era, por lo tanto, un término descriptivo que indica una unión de provincias y los españoles transformaron esta palabra quechua en Tahauntisuyu. El término Inka en quechua significa líder o gobernante y se utiliza para referirse a la clase dominante o a la familia que gobernaba el imperio.
Los españoles adoptaron este término, pero con en el sentido de etnia de todos los habitantes del antiguo imperio amerindio. El origen de la población quechua y su aparición en la región andina en el siglo XII, está envuelta en una niebla absoluta.
Los Quechua no usaron un sistema de transmisión de la información a través de señas que posteriormente se convertiría en escritura. Sino que su comunicación se basaba en un sistema de hilos de diferentes colores que tenían ciertos nudos específicos.
Desgraciadamente todos ellos fueron destruidos por los españoles para borrarles para siempre de la historia de las civilizaciones. Sin embargo podemos conocer su historia a través de su tradición oral. En ella se mencionan tres cuevas como el lugar de nacimiento del pueblo inca.
La cueva central, conocida en quechua por el nombre de Tambo Tocco o Capac Tocco; y las otras cuevas Maras Tocco y Sutic Tocco. Cuatro hermanos y cuatro hermanas salieron de la cueva central: Ayar Manco, Ayar Cachi, Ayar Auca y Ayar Uchu; y Mama Ocllo, Mama Raua, Mama Huaca, y Mama Cora. De las dos cuevas laterales salieron los hombres que iban a ser los antepasados de los 12 clanes de la etnia Inca. Ayar Manco hizo un ritual de magia del mejor oro, y las personas que le acompañaban llegaron a vivir allí.
Hoy en día, los incas mantienen sus antiguos rituales, honrando a sus antepasados, foto superior. (enlace al documento PDF viene al final)
En ella están usando un recipiente con dos bocas para quemar. Encima se ve una serpiente, tótem animal de todas las culturas pónticas carpatinas. Esta es muy parecida a la serpiente descubierta en la mina de Brad, región Alba. A la derecha tenemos un recipiente escita que se encuentra en el museo de Teherán. Finalmente, he puesto la foto de otro recipiente de adoración que se encontró en Gumelniţa, región Giurgiu, en la orilla izquierda del Danubio, aproximadamente del año 4500 aC
Los cuatro hermanos viajaron mucho y por el camino Ayar Cachi fue elogiado por su gran poder, dando lugar a envidia entre los otros hermanos. Un día, cuando volvió a la cueva para sacrificar una llama sagrada, los otros le atraparon para deshacerse de él. Ayar Uchu decidió quedarse en la parte superior de la cueva, desde donde podía mirar todas las tribus inca.
Aquí la cueva tiene el mismo papel que el huevo celestial de la mitología arimina, del cual nacieron la tierra, los espíritus del cielo y toda la vida en la tierra. En el gran templo Coricancha, “el templo de oro» en Cuzco, había una placa de oro de forma ovoide que adornaba el lugar de culto.
Pero cuando la vieron los españoles la derritieron para hacerse con el oro. En las cuatro capitales de las provincias, y también en Cusco, existía un templo del sol llamado Aribalo, que interpretado por las reglas que tantas veces hemos usado significa así: alabar, brillar + balo: blanco, luz, liderazgo, es decir, luz brillante o los lideres alabados, el sitio siendo una bendición de Inti de donde el mandaba la gran sabiduría a los mortales.
De izquierda a derecha: las ruinas del templo Huayna Picchu, desde donde se puede ver todo el complejo de construcciones de Machu Picchu; nuestro cerro Ceahlau; las ruinas de Machu Picchu; y finalmente una reconstrucción del templo del sol de Machu Picchu. La palabra “Machupicchu» significa viejo peñasco.
La ciudad se encuentra en el valle de Urubamba a unos 80 km de Cuzco. Fue descubierta por los europeos en el año 1911. Con anterioridad, los incas habían intentado guardar el secreto sobre este lugar sagrado, y de esta forma salvaguardarlo de los sacerdotes españoles y de su destrucción, como así sucedió con todos sus templos.
De izquierda a derecha: formación de piedra creada por nuestros antepasados ?? que se encuentra las montañas de Bucegi; el observatorio celestial en Chanquillo; y, finalmentem el santuario geta de Samisetuza o, mejor dicho, lo que se ha podido reconstituir de él.
Después de ocupar la ciudad de Cuzco, destruyeron el Templo del Sol. Sobre sus cimientos, reutilizando las piedras de sus muros, construyeron la “famosa” catedral dedicada al odio, a la picaresca, al robo, al terror y al crimen. De esta forma borraron para siempre, cualquier huella de la antigua religión y cultura. También lo hicieron con los lugares de culto de los cristianos arimines o mitraicos como fueron llamados durante un tiempo por los soldados, y en su lugar construyeron sus templos.
Ayar Manco construyó un altar de piedra, donde se llevaban los sacrificios para honrar la creación del mundo. Ayar Auca cansado de todo esto decidió viajar solo por el mundo. Sólo Ayar Manco y las cuatro hermanas se quedaron en los Andes y se asentaron juntos con las tribus incas, llegando finalmente a Cuzco.
Antes de llegar allí, Mama Ocllo ya llevaba en su vientre el hijo de Ayar Manco, que será llamado Sinchi Roca. Los antiguos habitantes de Cuzco lucharon desesperadamente contra los invasores y Mama Huaca les ayudó mucho.
Después de estos hechos, Ayar Manco fue llamado Manco Cápac, el padre de los incas y del imperio con el mismo nombre. Se dice que él y sus hermanas construyeron con sus propias manos las primeras casas incas en el valle. Cuando llegó el momento, Manco Capac utilizo piedra para construir unas casas mas resistentes y por eso Cuzco se hizo solo en piedra.
Su hijo, Sinchi Roca, le sucedió, llegando a convertirse en el segundo emperador Inca. Otras leyendas hablan sobre el fundador de la dinastía Inca peruana y de la dinastía de la ciudad de Cuzco, Manco Capac, que fue el hijo de Kon Tiki o Viracocha que salió del lago Titicaca.
Otro mito dice que Manco Capac y sus hermanos fueron sacados de las profundidades del Lago Titicaca por el dios sol Inti. Siendo Manco Capac, por esta razón, adorado como el fuego y un dios solar. Según este mito, Manco Capac y sus hermanos fueron enviados a la tierra por el dios del sol a través de la cueva de Puma Orco.
Se les instruyó para construir un templo del sol en el lugar donde el Dios se hundió en la tierra, para honrar a su padre, el dios del sol Inti. Durante el viaje, uno de los hermanos de Manco, Ayar Cachi, fue engañado para volver a la cueva de donde salieron ya que se comportaba de forma cruel con las tribus que encontraban.
Los incas que vivían en Cuzco y sus alrededores en el siglo XII, eran una tribu de pastores y bajo el mando de Manco (en las tablillas de plomo aparece el nombre Maico, y en rumano tenemos la palabra mancă que significa nana) Capac. En 1438 comenzaron la expansión de su territorio bajo el mando de Sapa Inca (el gran Inca), Pachiacuti y Cusi Yupanqui (tierra que se mueve).
Durante su reinado, él y su hijo Tupac Yupanqui trajeron gran parte de las tribus que vivian en los Andes bajo el control de los Incas, territorios que hoy en día pertenecen a Perú y Ecuador. Pachacuti reorganizó el reino de Cuzco en Tahuantinsuyu, que consiste en un gobierno central gobernado por el Inca y cuatro gobiernos provinciales con lideres poderosos: Chinchasuyu, Antisuyo, Kuntisuyu y Qullasuyu.
Pachacuti, dice la tradición oral, es el responsable de construir Machu Picchu y lideró muchas guerras para conquistar a sus vecinos, muriéndose en 1471. El Imperio Inca fue un mosaico de lenguas, culturas y pueblos cuando los españoles llegaron a Sudamérica. Tenían una economía basada en el intercambio y la imposición de los productos de lujo y de la mano de obra.
Sin embargo, al colapso del imperio contribuyó también a la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa. Estalló en 1532 y duró varios años, ayudando a los españoles a invadir el país. Después de varios años de luchas internas, los dos lideres fueron asesinados por los españoles, y la última resistencia de los Incas contra los invasores fue dirigida por Manco Inca, que se refugió en las montañas de Vilcabamba en Perú.
La resistencia dura hasta el año 1572, cuando fue conquistada la ciudad, y el último Inca Tupac Amaru, hijo de Manco fue capturado y decapitado.
Después de la conquista del Imperio Inca, todos los elementos de identidad de esta cultura fueron destruidos sistemáticamente por los invasores españoles, incluyendo el sistema de terrazas en las montañas para su uso en la agricultura. Se obligaba a cada familia Inca a disponer de un miembro trabajando en las minas de oro y plata, sobre todo la de Potosí. Era “hereditario” de tal forma que cuando éste moría – y por lo general no aguantaban más de un año -, la familia debía enviar a otro miembro para reemplazarle.
La viruela, el tifus, la gripe, la difteria y el sarampión, enfermedades traídas por los españoles para las que los nativos americanos no tenían inmunidad natural, diezmaron mucho la población. En la actualidad existe un debate sobre el número de personas que vivían en el Tawantinsuyu en su apogeo, con estimaciones que van desde los 4 millones de personas y llegando hasta 37 millones de personas.
El motivo por el que estas estimaciones son tan diferentes es que, aunque los Incas guardaran los registros de sus censos utilizando quipu, el conocimiento del procedimiento de su lectura se perdió para siempre o, como muchos otros quipus, fue destruido por los españoles después de la conquista del Imperio Inca. Sin embargo, se puede partir de la idea de que la población en el comienzo de la conquista en 1525 fue entre 12 millones de personas y 20 millones de personas.
En 1553, 8,2 millones. En 1575, 8 millones. En 1586, 1,8 millones. Y en 1754 sólo 615.000 habitantes de la antigua población del imperio Inca. Nadie se atreve a hablar sobre los planes de exterminio de la población nativa. Todos estos crímenes fueron cometidos en nombre de la fe cristiana.
El idioma oficial del imperio era el quechua, aunque cada grupo tenía su propio idioma o dialecto. Realmente se hablaban cientos de idiomas y dialectos locales. La multitud de poblaciones y culturas de la región andina hizo imposible una unidad cultural completa y los Incas siempre fueron conscientes de ello.
Si bien el quechua se hablaba en la región andina, como el centro de Perú, muchos años antes de la expansión territorial de los incas, con la incorporación de nuevos territorios, cada población aprendió el nuevo idioma de oído y así surgieron otras formas de quechua, diferentes a la antigua lengua.
La diversidad de las lenguas quechuas en ese momento e incluso hoy en día no es el resultado directo de la intromisión de los Incas, que forman sólo parte de la razón de esta diversidad lingüística. Las culturas del imperio que anteriormente hablaban quechua, preservaron su variante diferente al quechua que hablaban los incas.
A pesar de que estos dialectos de la lengua quechua tienen una estructura similar, difieren según la región en la que se hablan. Una extensión especial la tuvo el idioma que hablaban la población aymara, que todavía se habla hoy en día en Bolivia y otras regiones de los países vecinos.
Los mitos religiosos de los incas fueron transmitidos por tradición oral hasta que algunos colonos españoles en las primeras décadas de la conquista del Imperio Inca, comenzaron a registrarlos por escrito. Sin embargo, algunos investigadores creen que estos mitos también podrían estar grabados en quipo.
Los incas creían en la reencarnación y la muerte era vista como un paso a otro mundo, como creían también los getas, con campos llenos de flores y montañas nevadas. Para ellos era importante no morir en un incendio o no ser incinerados, ya que consideraban que así se pierde parte de la fuerza vital del alma y que el cuerpo tiene que resucitar para el juicio final. La reencarnación era un movimiento eterno de pasaje de una forma existencial material a la espiritual y al revés,tal y como se ve en el mito de la creación de Pitah en los antiguos egipcios.
Para entender mejor la verdad he introducido unas imágenes, de izquierda a derecha: Un Inca canta sus penas con un silbato; algunos lo hacen con la ocarina; y en su mano izquierda se ve un símbolo idéntico al de Pitah o Ptah de la religión de los antiguos egipcios, que se encuentra en la misma forma en el simbolismo de Vinča y Turdas de los milenios Vll-Vl a.C.