Pueblos Originarios. “Yo soy mujer indígena”: tres lideresas hablan de su lucha
Mayuri Castro / gk.city / katari.org
En 1983 se declaró al 5 de septiembre como el Día Internacional de la Mujer Indígena. La fecha se estableció en el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América realizado en Tihuanacu, Bolivia. Las organizaciones declararon este día en conmemoración de Bartolina Sisa, guerrera de nacionalidad indígena aymara que luchó contra la opresión de los conquistadores españoles.
En América Latina, los pueblos indígenas tienen una población de más de 50 millones de personas, el 59% de esas personas son mujeres según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). El mismo informe dice que más de 23 millones de mujeres indígenas de la región enfrentan desigualdad, son víctimas de las brechas de género que aún persisten, y el acceso a la educación, trabajo o la participación es desigual.
Tres mujeres indígenas —de la Sierra, Costa y Amazonía del Ecuador— cuentan por qué es importante conmemorar esta fecha, y cuáles son los obstáculos que aún enfrentan.
Josefina Tunki pertenece a la nacionalidad amazónica Shuar y es la presidenta del Pueblo Shuar Arutam (PSHA). Diana Aguavil, a la nacionalidad Tsáchila y es la gobernadora de la Nacionalidad Tsáchila de la Costa. Blanca Chancosa pertenece a la nacionalidad Kichwa Otavalo y es una de las fundadoras de la Confederación de los Pueblos de Nacionalidad Kichua del Ecuador (Ecuarunari) y de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
¿Por qué cree que es importante que haya un día de la mujer indígena?
Josefina Tunki: Para mí, en calidad de lideresa, es importante que se diga que somos mujeres ecuatorianas no transitorias, que somos mujeres que tenemos un asentamiento milenario. Tenemos historias reales de recuerdos que han quedado de nuestros ancestros, historias que nos identifican con nuestros territorios.
Este día tan significativo nos hace pensar que América fue invadida y destruida. Ahora muchos occidentales y transnacionales nos amenazan con intereses, lucros económicos, monetarios con el término de “desarrollo” y tratan de destruir nuestros conocimientos, cosmovisión, nuestro sistema de vida que valoramos como mujeres.
Diana Aguavil: A medida que han ido pasando los años, la sociedad ha ido evolucionando, y las nacionalidades y pueblos indígenas fueron ganando espacio en los sectores públicos, privados, donde les den la oportunidad que se puedan desenvolver. Pero la mayor parte de participación siempre la han tenido los varones de los pueblos y nacionalidades indígenas.
Las mujeres, viendo esta participación, nos dimos cuenta que también teníamos el criterio y pensamiento para dar ideas. Nos reunimos entre mujeres y dijimos ‘a ver cómo mujeres qué vamos a aportar’ porque no solo para las manifestaciones íbamos a servir, pararnos al frente y ya. Sino que también aportar con ideas, opiniones para poder entre todos buscar el desarrollo de pueblos y nacionalidades.
De poco a poco las mujeres indígenas también han venido ganando espacio, eso es por nuestro propósito de liderar y decidirnos que las mujeres también podemos, así los varones digan que las mujeres no pueden.
Blanca Chancosa: Es importante que vayan reconociendo los saberes, que existimos los pueblos indígenas. Sin embargo, no coincide mucho la fecha que han designado.
En el calendario de los pueblos indígenas tenemos nuestro día de las mujeres, en los dos equinoccios y dos solsticios. Nosotras nos hemos sentido identificadas con el Día Internacional de las Mujeres que es el 8 de Marzo. Como pueblos indígenas, nosotros hemos creído importante reivindicar las fechas de dos equinoccios y solsticios.
Aprecio y me parece importante que estén particularizando porque somos pueblos diversos, que se den cuenta que los países donde hay pueblos indígenas son plurinacionales y que existimos varias nacionalidades, aunque no resuelven las condiciones de desigualdad. En marzo, en el Día de la Mujer, las mujeres de todo lado hemos expresado, hemos preparado algunas actividades como mujeres. Pero por septiembre, nunca ha sido. Yo creo que hace falta un poco de socializar y que vayamos asumiendo dentro del carácter social.
¿Las luchas de las mujeres indígenas son distintas o unificadas?
Josefina Tunki: Como mujeres ecuatorianas, todas esas concesiones nos afectan, sean las mineras, petroleras, madereras o hidroeléctricas que destruyen nuestros territorios.
Lo que pasa en la parte del norte, en la provincia de Sucumbíos, donde viven las nacionalidades Secoya, Waorani, también nos afecta a nosotros porque todos esos territorios son nuestros porque como nacionalidades no tenemos límites. Nuestros territorios son continuos —sean en la Sierra, Costa o Amazonía.
Nosotros no pensamos en barreras o límites, caminamos libremente, eso nos enseñaron nuestros abuelos. La lucha es conjunta por nuestros territorios.
Diana Aguavil: Creo que son luchas distantes y distintas. Para mí han sido un ejemplo a seguir Nina Pacari o Lourdes Tibán, ellas tienen pensamientos diferentes pero son para mí un ejemplo.
Cada pueblo, nacionalidad tenemos diferentes costumbres y contradicciones. No compartimos ideología pero sí tratamos de conllevar el objetivo que queremos lograr, es decir, que no nos vulneren los derechos que debemos tener.
Blanca Chancosa: Aunque tenemos ciertas prioridades, las mujeres nos hemos unido a las voces de otras mujeres.
Nos hemos unido contra la violencia, tanto la intrafamiliar como la institucional que es del Estado contra las mujeres, también por el ejercicio de los derechos de las mujeres, nos hemos reunido y nuestra voz ha sido más fuerte cuando peleamos contra la minería o en defensa territorial.
Cuando hemos salido a manifestaciones, hemos recorrido Quito junto con otras mujeres, igual hemos reivindicado y ahora están plasmadas en el documento de Minka por la vida, donde hemos dicho que muchas situaciones han recaído en nosotras en la pandemia. A pesar de ellos, las mujeres hemos tenido que estar al frente con todo, atendiendo en la casa.
Las luchas que hacemos contra las petroleras, contra el derrame petrolero, que destruye la Amazonía y la Sierra, son conjuntas. Vivimos situaciones un poco diferentes, pero estamos unidas en la defensa territorial y defensa del agua, aunque en regiones distintas.
¿Cuáles son los problemas que enfrentan las mujeres indígenas?
Josefina Tunki: Hay violencia y es un tema muy grande. El tema de la violencia no es solo que mi marido me pegue o que un hombre me ofenda o que me viole, no es solo eso. Quien se cree mujer blanca no piensa en igualdad. La igualdad es una palabra que nos hace simplemente pensar pero es un término de disimulo. La igualdad no existe y nunca existirá.
Con igualdad no existiría marginación, existiría un trato igual. En los eventos a los que nos invitan se sientan solo autoridades, y eso es marginación. A los líderes y lideresas nos ubican en otra mesa, eso es marginación, desde ahí hay maltrato psicológico.
Existe racismo y nos impacta fuerte y no solo en mi nacionalidad sino en otras culturas y otros pueblos. Las empresas tratan de utilizar a las mujeres, les llevan a trabajos de sirvientas y allí sabemos que las utilizan, eso no es correcto. A veces como mujeres nos callamos porque es delicado.
Diana Aguavil: Acá hay un 70% de mujeres que son tímidas, tienen temor a hablar en público o dirigirse a los compañeros. Como gobernadora de la Nacionalidad Tsáchila he venido tratando de hacerles partícipes a las mujeres.
En tres años de administración, recién tengo una mujer presidenta, una mujer teniente de una de las siete comunidades. Ha sido sumamente complicado porque los varones no quieren permitir que participemos.
Las mujeres dicen ‘no voy a poder, qué dirán de mí, si no puedo me van a hablar’, ellas han visto que a mí también me hablan. Por ejemplo dicen, ‘la gobernadora no hace nada’. He recibido insultos, hasta me han escupido. Ese es el temor que las mujeres tienen.
También hay preocupación porque existen casos de violencia en la Fiscalía, en el Consejo de la Judicatura y en el Consejo Cantonal de Protección de Derechos de la Alcaldía. La semana pasada nos reunimos con esas instituciones porque los varones cometen mucho maltrato hacia las mujeres, es decir no solamente de los esposos hacia sus esposas sino también hay violencia sexual.
Vamos a tratar de realizar una hoja de ruta para ver cómo ir frenando las situaciones, ese es el tipo de problemas que estamos viviendo las mujeres de nacionalidad tsáchila.
Blanca Chancosa: La cuestión de la minería amenaza el agua. Además de contaminar el agua con los líquidos que utilizan para poder hacer la exploración y explotación de las minas, contaminan la tierra de cultivos y van secando el colchón de agua.
Otro problema es la violencia que existe en todos los niveles y en los últimos tiempos se ha visibilizado los feminicidios en los pueblos que antes no era tanto así. Tenemos nuestra fragilidad cultural que a veces por muchas situaciones ya no se comparten las mismas actividades.
La familia se divide porque unos quieren trabajar en las actividades extractivas y no conocen la situación. Otros por la imposición del Fondo Monetario les han despedido del trabajo, y no tienen trabajo, hay desesperación en esas familias y quizás buscan una salida fácil con la que no estamos de acuerdo. La solución no es policías en cada esquina, más bien habría que buscar cómo responder a la raíz para disminuir las condiciones de violencia.