- “Desterrado” Evo Morales en su propia tierra
Heinz Dieterich: Rebelión
En la emblemática fecha del aniversario 183 del Día de la Independencia, el presidente boliviano Evo Morales no pudo presentar su informe nacional en la capital constitucional del país, que lleva el nombre del Libertador de Bolivia, el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.
Según Evo, él no estará en Sucre “para no dar motivos a un eventual enfrentamiento entre bolivianos que podría terminar con graves consecuencias”, debido a que las autoridades de Chuquisaca-Sucre respaldan las provocaciones de grupos violentos contra su gobierno.
A su vez, la sesión de honor del Congreso Nacional en Sucre, prevista por el día de la fundación del país, fue suspendida por el vicepresidente de la República, Álvaro García Linera, dado que no se podía garantizar las condiciones de seguridad física de los parlamentarios, funcionarios estatales e invitados diplomáticos.
Por la misma razón fue cancelada la cumbre de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, de Argentina, Cristina Fernández y de Evo Morales, en Tarija. Los fuertes ataques contra las delegaciones de avanzada de los tres presidentes, organizados por los separatistas de Tarija, motivaron la cancelación de la visita de Chávez y Fernández, desde Buenos Aires.
El significado de estos tres eventos es muy claro. El Presidente legítimo de la República de Bolivia es una especie de desterrado o expatriado en la mayoría de las provincias de su propia tierra a las cuales solo puede ir, cuando la oligarquía lo permite.
En una analogía formal con el lenguaje de la guerra irregular tendríamos que decir que la contrarrevolución ha conquistado “zonas liberadas” en las cuales el gobierno central no puede entrar; es decir, ha establecido un Estado dual periférico paralelo al Estado central del altiplano.
La esencia del conflicto en Bolivia es el choque entre el poder fáctico y el constitucional, entre la alianza oligárquica-imperial y el gobierno de Evo. Cuando el poder fáctico desconoce el legítimo poder constitucional, éste tiene los recursos de la justicia y la fuerza militar para imponer la ley.
El gobierno de Evo no ha usado esos poderes por dos razones, una pragmática y otra moral: a) no está segura de la lealtad de la justicia y de la Fuerza Armada y, b) la ética y formación política de Evo rechazan el uso de la represión estatal legítima para imponer su proyecto político.
El mismo carácter de la contradicción boliviana, la dualidad de poderes basada en lo fáctico contrarevolucionario y lo legal -progresista- hace improbable que el referendo del 10 de agosto pueda resolverla. Esencialmente, va a reafirmar la correlación de fuerzas del status quo.
Sigue por lo tanto la división de facto de Bolivia en dos países y la fase de acumulación de fuerzas, hasta que uno de los dos poderes antagónicos esté en condiciones de dar el golpe decisivo, para liquidar a la otra.
Una respuesta a “Evo desterrado en su propia tierra”
Miguel
Escribo con mucha pena por la situación del país, se está buscando el destino de Bolivia que parece repetirse, como en aquella época, cuando fue asesinado Villarroel. Muchas traiciones dieron lugar a aquella muerte, los agitadores movilizando a la clase media para dar su último golpe.
Como entender que justamente esa clase media compuesta por sangre indigena en su mayoría pueda cometer semejante traición contra un lider natural de estas tierras, pero siempre fue así, un par de muertes, falta que aparezca en las noticias, la muerte de algún estudiante, o universitario o algún pequeño, para que la función se complete.
Y la clase media hipnotizada, dirigida por la oligarquía de siempre, termine con lo que queda del gobierno, el ejercito tambien se sumará a las traiciones, como la COB, la defeccion será completa.
Nuestro señor Jesucristo nació en un lugar muy humilde y fue traicionado por parte de su pueblo y condenado a morir. La historia se repite, y la lucha continuará, y será triunfante porque es una causa noble.
Por último transcribo parte del libro la Revolución Boliviana.
«La clase media-dice- en los países sometidos a violentas transformaciones, adquiere una inestabilidad política notable. La clase media es uno de los primeros sectores en convertirse en instrumento de los caprichos, extravagancias y deformaciones con que atiborran a nuestros países los intereses de los países extranjeros en función dominante.
En los sectores medios de la población, a medida que algunos de ellos progresan rápidamente, se abren paso sentimientos de menosprecio hacia las capas más humildes del pueblo.
Hablan, con cierto aire de superioridad, de los indios y negros que, a su juicio, forman lo que se llama la chusma. Y COMO EN LOS PARTIDOS REVOLUCIONARIOS, milita precisamente esa chusma. La clase media es un caleidoscopio político sometido a frecuentes cambios. En sus filas hay dos elementos que la caracterizan, los estudiante universitarios y los maestros.» PAG. 176 LA REVOLUCION BOLIVIANA MANUEL ARGANDOÑA.