Narcotrafico y elecciones en Perú
Guillermo Bermejo Rojas / guillermo-bermejo.com
El Perú se ha convertido en los últimos años en el primer productor de cocaína en el Mundo. Y, con ese deshonroso titulo, debe ser un tema crucial para los aspirantes al sillón presidencial.
Desde luego que con candidatos de fortuna que la única explicación viene del lavado de activos como Acuña, que han narcoindultado al por mayor como Garcia o que tienen una mochila grande en el tema como el fujimorismo, no hay nada que esperar pues ellos son parte del problema.
Pero los demás postulantes deberían hacer un esfuerzo para desarrollar ideas que de verdad intenten acabar con este flagelo. Con la ventaja de haber estado al lado del movimiento cocalero durante mas de una década y de conocer en el lugar de los hechos que es lo que pasa, esbozare un breve análisis que incluyen propuestas.
El Perú produce alrededor de 300 toneladas de cocaína al año. Los lugares de producción son bastante conocidos, pero para abreviar solo tomaremos de ejemplo el VRAEM. Zona que esta en emergencia tres décadas y por lo tanto llena de bases contra drogas y contra subversivas. La única carretera de penetración que va desde Huamanga (Ayacucho) hasta Pichari (Cuzco) esta llena de “retenes” policiales que “cobran peaje” previa revisión a todo vehículo que transite por ahí.
Siendo esta la situación y sabiendo que la mayoría de los insumos químicos para la producción de la cocaína provienen del extranjero y básicamente de los EEUU es clara la complicidad de autoridades civiles, policiales y militares en la situación. Porque los resultados de la incautacion de los insumos químicos es escalofriante: solo 7%. El otro 93% va del Puerto del Callao hasta el ultimo rincón del VRAEM sin ningún contratiempo. Y no existe ninguna empresa importadora de estos insumos que siquiera este investigada o se le exija que expliquen a quienes se les vende.
Una vez elaborada la cocaína una gran parte va de regreso del VRAEM al puerto del Callao, que como ya han demostrado distintas investigaciones periodísticas son una coladera para las mafias.
Las que salen por el puerto Chalaco van rumbo a los EEUU. El otro grueso de la droga son recogidas en avionetas en “pistas clandestinas” que de clandestinas tienen poco o nada y pasando por Bolivia o Brasil llegan a Europa.
Estas pistas son utilizadas en épocas que poca lluvia y están a la vista del que las quiera ver. Es condenable que este gobierno haya gastado mas de 400 millones de dolares en compra de helicópteros y las avionetas bajen diariamente y sea un secreto a voces que, previa coima, tienen 30 minutos de ventaja para recoger la droga y pagar.
Ante tantas denuncias sobre esta situación el gobierno ha prohibido la entrada de periodistas extranjeros, que valga verdades son los únicos que quieren llegar al fondo del asunto.
Luego vemos la parafernalia de siempre: como se destruyen las pistas y salen ministros y altos mandos policiales y militares a mostrarnos su “eficiencia”. Los que conocemos la zona sabemos que en los meses de la destrucción de pistas, es temporada de fuertes lluvias y sin necesidad de gasto gubernamental estas desaparecen por obra de la naturaleza. Y que ademas esos meses baja la producción de cocaína y solo se le transporta por vía terrestre. O peor aun.
Ya son demasiadas las llamadas intervenidas que demuestran que son los helicópteros antidrogas los que traen la cocaína hasta Lima para su distribución. Y cada día son mas los oficiales y sub oficiales denunciados por estos hechos.
Dicho esto, reto a cualquier periodista probo a que inicie investigaciones serias sobre el patrimonio de los altos mandos policiales y militares de las zonas de producción de cocaína para que se den con muchas sorpresas.
Y reto al gobierno que le pase un rápido aspirado mensual a los helicópteros para que vea las huellas del delito.
Porque si una cosa impresiona es que siendo el Perú el primer productor de cocaína en el mundo, 300 toneladas anuales promedio, solo se incaute el 3% es decir cerca a las 20 toneladas y no existan Carteles como el de Sinaloa en México o de Medellin en Colombia, no tengamos un Pablo Escobar o Chapo Guzmán. ¿Quien acopia y distribuye, con eficiencia ademas, las otras 280 toneladas?
Si y que nadie se sorprenda: ya somos un Narco Estado. El estado es el Cartel mas importante del país y a eso se tendrá que enfrentar el próximo presidente.
Porque son ridículos los esfuerzos de querer engañar a la opinión publica con capturas como las de Gerald Oropeza (que cayo por un enfrentamiento entre mafias) como el capo de los capos. Siendo exagerados su banda pasara una tonelada al año y eso es menos del 1% del problema.
El negocio es redondo: un kilo de cocaína producido en el Perú cuesta mil dolares. Si llega a los EEUU cuesta 25 mil. Si llega a Europa 70 mil y si llega al Asia pasa los 120 mil dolares.
Con tan baja incautacion de drogas y sin ningún verdadero capo capturado, el dinero del narcotrafico va haciendo metástasis en la sociedad: al haber tanto dinero se lava en empresas, negocios, cooperativas, prestamistas etc y cuando no cumplen terminan en sangrientos ajustes de cuenta.
Naciones Unidas ha declarado el fracaso de la estrategia contra las drogas. Pero ademas que el 98% de las ganancias del narcotrafico, al rededor de 70 mil millones de dolares, se quedan en manos de los países consumidores, es decir EEUU y la Comunidad Europea. El otro 2% a los intermediarios locales de los países productores.
Con estas cifras criminalizar a los campesinos cocaleros no tiene fundamento alguno. En la ultima década se han erradicado mas de 100 mil hectáreas de hoja de coca, básicamente a pequeños parceleros que usan la hoja de coca como caja chica. Es decir que venden su hoja de coca para mantener otros cultivos que tan sabrosamente degustamos a diario.
Pero la política de erradicación forzosa no ha logrado ningún resultado. El narco estado erradica las zonas donde están los cocaleros agremiados, mientras en zonas como Loreto se deforesta, siembra, procesa y distribuye sin ningún obstáculo gubernamental. Es decir, para ser claros, con total complicidad. Y se mantienen las hectáreas encima de las 42 mil, en su promedio histórico.
El objetivo contra el campesinado organizado es claro: debilitar sus organizaciones para sacarlos de las cuencas cocaleras, donde se han encontrado inmensas reservas de minerales y de hidrocarburos. El gobierno se empecina en criminalizar al pequeño agricultor dándole ahora hasta 8 años de cárcel y expropiación de sus terrenos si vuelve a cultivar sobre el terreno erradicado.
Ha quedado demostrado que no se necesitan mas hectáreas de cultivo para la producción de cocaína. El narcotrafico se ha tecnificado y en los nuevos lugares de siembra han mutado la hoja de coca para que el alcaloide cocaína sea mas fuerte.
El otro grave problema que tenemos son nuestros “socios” en la lucha contra este problema. EEUU y la Comunidad Europea que ponen cada año menos dinero y nos obligan a un gasto inútil a la luz de los resultados. Pero que son ademas los principales mercados de la cocaína sin que en esos países tampoco caigan funcionarios corruptos, capos o banqueros que limpian el dinero proveniente del ilícito negocio.
Y sobre todo EEUU que lleva el innoble titulo de ser el principal mercado de todas las drogas y principal productor de drogas sintéticas. Pero que ademas que todos los países con los que tiene acuerdos en lucha contra las drogas son los mayores productores de las distintas drogas o camino de transporte de estas: sea Afganistán con la heroína y las drogas derivadas del opio, sea México y sus carteles que reciben hasta armas de instituciones policiales gringas, sea Colombia y sus paramilitares que usan las bases militares gringas como aeropuerto o sea el Perú primer productor de cocaína del mundo.
Lo que el Perú necesita es una política soberana en la lucha contra las drogas. La expulsión de la DEA y la USAID y sus fachadas que despachan y dan ordenes en instituciones civiles, policiales y militares dedicadas a este tema. El fin de la sumisión a los acuerdos hipócritas con los EEUU y la Comunidad Europea que empeoran cada año nuestra situación.
Se necesita un nuevo empadronamiento que incluya a las 200 mil familias dedicadas al cultivo que quieran dar la cara. Urge un plan agrario especial para estas zonas y se les entregue verdaderos cultivos alternativos, con expansión de la frontera agrícola de ser necesario, que les signifique mercados seguros y precios justos a su trabajo.
Despenalizar la hoja de coca es una necesidad. No es posible que con un tercio de anemicos el Perú se de el lujo de quemar las hojas de coca que tienen mas nutrientes y vitaminas que la mayoría de los productos del campo. No hay sobre producción de hoja de coca, hay mala utilización de ella. Industrializarla es urgente, así como para el tema alimenticio también es una solución natural para combatir muchos males de la salud y generara puestos de trabajos, tan necesarios en nuestro vilipendiado país.
Declarar en emergencia a la Policía, Fuerzas Armadas y Poder Judicial para cortar de raíz los tentáculos del narcotrafico e instaurar la pena de muerte para los casos de reincidencia (los grandes, no los peces flacos del menudeo) también es necesario pues los narcos convierten sus cárceles en cómodas oficinas y con el poder del dinero terminan comprando a carceleros y autoridades.
Es decir quien salga presidente y quiera combatir con eficiencia el narcotrafico en el Perú tendrá que romper con la dominación norteamericana, la hipocresía europea y erradicar mas bien a los capos instalados en las instituciones gubernamentales mas mafiosas del país. Y tener de aliados a los campesinos cocaleros. Es el camino que hoy Bolivia nos muestra con una eficiencia envidiable.
Hasta la Victoria Siempre